ADOLESCENCIA E IMPASSES TERAPÉUTICOS
Rev De Familias y Terapias Año 14, Nº 23, Diciembre 2006
Dra Patricia Cordella
RESUMEN
En el trabajo terapéutico con adolescentes nos
encontramos con diferentes formas de impasses que detienen los movimientos
durante el proceso de terapia. Se discute la pertinencia de la intervención
relacional versus la individual durante la adolescencia y se ejemplifican
algunos de los impasses más frecuentes, sugiriendo algunos objetivos que pueden
ayudarnos como señales en la travesía emocional.
Trabajar
en terapia familiar con adolescentes es un arte que requiere, como todo arte,
algo de intuición y algo de técnica.
La
desorganización de la adolescencia temprana, el deseo de tomar decisiones en la
adolescencia media o el hacerse cargo de un plan de vida en la adolescencia
tardía son situaciones que pueden considerar la presencia, en terapia, de los
padres como una intrusión a la incipiente individuación o como la reactivación
de aspectos regresivos.
Lo
que el adolescente desconoce es que su mundo íntimo sigue estando regulado, aún
si hay oposición de su parte, por el mundo interno de sus padres. La ínter
subjetividad parento-filial requiere de un largo camino de pequeñas
desconexiones, de diversidades en el significado, de modus de configuraciones
subjetivas que auguren una autonomía emocional. Este camino comienza a
recorrerse durante la adolescencia y probablemente no se termina con ella.
La
consulta del adolescente ocurre porque,
algo en el proceso de autonomía, no anda bien. Pueden haber aparecido síntomas
o puede estar todo el self ocupado por un guión nosológico. La enfermedad, sea
esta mental o somática, se vive como una experiencia repetitiva que parece
remitir una y otra vez a una
desregulación que no encuentra sentido sino en si misma. Este recurso recursivo
del operar del self fija el funcionamiento
total del adolescente en un punto sin solución (desde la coherencia vital que
la sustenta) que de tanto repetirse va tomando nombres: depresión, angustia,
ansiedad de separación.
¿Porqué
un adolescente puede o debe ser visto junto con sus padres? ¿ qué ventajas
obtenemos por sobre la entrevista personal?
Tal como lo señala Winnicott ( 1996) un niño no es solo un niño sino es
la unidad madre-hijo. Ningún pediatra examinaría a un lactante sin tener a la
madre presente y no es solo porque la madre habla y el niño aún no
completamente, sino porque la conducta, actitud y narración de la madre le da
información acerca del como este niño está siendo cuidado, es decir de quien es
este niño en el mundo de significados de la madre, todo lo cual lo posiciona en
un ranking de riesgo para el desarrollo psíquico y físico.
En un adolescente la unidad de desarrollo
primordial ya no es diádica sino triádica. Si los padres están separados, la
unidad triádica opera de igual forma ya que en el mundo de significados, donde
se construye el nexo entre lo imaginario y lo simbólico, no se requiere de presencias
físicas sino psíquicas. De modo que la
presencia psíquica del padre se invoca a través de los significados que le han
sido asignados. La madre le presenta el padre al hijo y luego el hijo se lo
representa a la madre, produciéndose un intercambio de estas presencias
psíquicas . La total similitud o la total diferencia reflejarían alteraciones
en la autonomía del hijo o la madre en esa relación conjunta. Este juego de
representaciones se va desplazando a lo largo del desarrollo alcanzando, en la plena
autonomía, suficiente diversidad y aceptación de esta diversidad por el sistema
familiar. V arias madres y varios padres circularán en los juego imaginarios de
la familia aportados por cada uno de los hijos y por cada uno de los cambios
que los padres y los hijos van realizando. Una imagen no es un objeto
delimitado y discreto ( Debray 1994)
sino un objeto abierto que colapsa su forma en la mente de quien lo
recibe.
Así,
si la imagen del padre o la madre calza en un cien por cien con la imagen de
uno en otro, es decir el hijo piensa y siente acerca del padre lo mismo que la
madre o la hija de la madre lo mismo del padre, es evidente que el hijo aún
rinde culto a la iconografía parental y el desarrollo del mundo propio no ha podido
prosperar. Razones: muchas y todas circulando en este campo triádico. El campo
vincular de tres es una situación de máximo stress para el adolescente. Esta
es, probablemente, la razón por la cual se resisten a las entrevistas
familiares, lo mismo que los padres, que a veces insisten en “ella o el
hablaría mas si no estamos nosotros. Se desahogaría”. En este campo se juegan
distancias, oposiciones, alianzas, coaliciones, deseos agresivos y de cercanía.
En este campo están las rencillas no resueltas, las lealtades rotas y las que
se quieren conservar intactas. Cuando
evaluamos, por tanto, este campo triádico podemos reconocer en él: desarrollos
psíquico, niveles de autonomía emocional; mitología y roles asignados desde el
sistema de necesidad y compensación de la misma; creencias heredadas de las
familias de origen de ambos padres. ( Borzomengy-Nagy 1973)
El
campo vincular triádico supone: manejo de conflicto, cooperación para llegar a
acuerdos, respetar y reconocer a cada uno y a la relación que cada uno tiene
con el otro que no soy yo. En el campo
de tres ocurren los fenómenos de asociación de dos con exclusión de uno y
también los de colusión contra otro. Fenómenos mas subterráneos ligados al
complejo de Edipo (tomamos esta nomenclatura pues es ya universal y no solo
perteneciente al campo sicoanalítico) que implican diversos desplazamientos de
impulsos, emociones amorosas y agresivas que solo pueden salir a rodar haciendo
diversas sublimaciones mundanas una vez que se ha sentido el corte de lo
prohibido o lo arrebatado. Esto implica que el niño ha sido herido en sus más profundos deseos. La
madre es la madre de las frustraciones. La madre que es sentida en la sintonía
diádica amorosa como todo recepción, todo alimento, todo cobijo, es retirada
como fuente inagotable. La madre es cortada como fuente inagotable, tal como
fue cortado el cordón umbilical como fuente interminable de suministros
nutritivos. El corte es una operación
restrictiva subordinada al control. El
corte con un cuerpo-psiquis, una psiquis-mente femenina que sostiene la
continuidad y sintonía emocional (Schore 2001) , que activamente crea intimidad
y bienestar .
La necesidad de placer, entendido éste como un
estado de tranquilidad, parecido a la definición OMS de la salud…completo
bienestar psíquico, físico y social de un individuo…, es teleològica. Se pone este bienestar como bien
superior y se organiza la experiencia de modo de alcanzarlo. Para encontrar
esta posición es que se hará necesario acotar, podar las capacidades
perceptivas y experienciales de modo de generar un organismo dispuesto a
ciertas funciones. Un organismo focalizado a las necesidades de su tiempo y
cultura. Como sabemos durante la
adolescencia hay un activo proceso de poda neuronal que tiene como finalidad
dejar un recableado que le facilite al hardware estas funciones. Una vez
organizada esta nueva estructura, menos amplia, pero más funcional, entonces,
se puede jugar en el mismo equipo cultural. La función de corte por tanto, no
le corresponde, como se ha dicho, al padre, ( Nasio 1996) sino que le corresponde al nombre, al
sustantivo, que cosifica la experiencia para hacerla un objeto de circulación
común. Este nombre, que es parte del lenguaje, es decir de la experiencia más
cercana al mundo de la cultura, comienza, sin embargo, de lo más cercano a cada
cuerpo ya que es el cuerpo es quien
siente aquello que se llama subjetividad , el imaginario quien lo transforma ,
es decir ,le pone formas y el lenguaje el que lo comunica explícitamente.
El
corte , entonces, es realizado por la función de comunicación y coordinación
familiar y desde ese punto de vista lo realizan todos los miembros de la
familia, uno en otros.
El corte es también, paradójicamente, la
prohibición de decir, sentir y hacer. El corte permite el lenguaje, y el
lenguaje entorpece la comunicación de la experiencia personal, en virtud de
construir fenómenos generales de público entendimiento. Por tanto con este
corte a la experiencia corporal se fragmenta y restringe la posibilidad de
comunicarla, pero se hace comunicable. La primera prohibición, anterior a la
que realiza el lenguaje en la experiencia, es la que funda un orden comunitario
donde la sexualidad es organizada en función de filiaciones, es decir el orden
sexual de la familia. La intersubjetividad familiar no permite la inclusión de
impulsos sexuales. Estar en familia es estar de un modo castrado. La
prohibición fundacional de la comunidad es el incesto (Freud 1912). Cada
familia, sumará a esta otras prohibiciones que determinarán las
particularidades de cada grupo de referencia.
Por eso, la individuación es un proceso conjunto donde tanto la madre,
el hijo y el padre facilitan o bloquean los necesarios procesos de corte,
distancia y diferencia. La masa indiferenciada del yo ( Bowen 1989 ) prospera en la confusión y la confusión en el
dolor que los cortes provocan. Cada corte, es una perdida, cada pérdida un
duelo, aunque cada duelo, finalmente, una ganancia.
Las
pautas de duelo familiar se ponen a prueba, especialmente durante la
adolescencia. Puede haber ocurrido, como parte de los equilibrios familiares,
que un hijo haya sido reclutado como
hijo-compañero, suplementado la acción no realizada de uno de los
padres. Ese padre o esa madre se resistirán a soltar el hijo a menos que haya
alternativas para su reemplazo. La permanencia en funciones familiares ocurre
imperceptiblemente durante el desarrollo. El propio adolescente se reconoce
persona en esta función. Cuando aparecen síntomas suponemos que estas funciones
tensionan al adolescente y lo fijan en un pequeño territorio como ocurre con
cualquier animal angustiado, se arrinconará, se tapará los ojos y no querrá
explorar. Durante la adolescencia, la cantidad de contacto con pares es un
índice de autonomía. Los pares se organizan en una nueva generación que hace coherencia
de mundo y aprende a significar de otro modo la experiencia, aportando con
esto, movimientos en las zonas ciegas de la generación anterior. El hijo
“elegido” para estas funciones es fragilizado durante el desarrollo y
probablemente se queda en esta posición por características temperamentales de
vulnerabilidad. No necesita organizar pautas de duelo , que solo pueden
desarrollarse gracias a los cortes parciales de vinculo, es decir a perdidas de
sintonía o conexión, y es “reparado” constantemente en su bienestar por
el padre o la madre de modo que viven
en una burbuja satisfactoria para ambos
, aunque frágil como pompa de jabón,
cuando llega la adolescencia . La elección no es tal realmente, pues este
adulto, solo en su necesidad de apego, fue dejado por su compañero y no tuvo
mas alternativa que el hijo. Un adulto preferirá otro adulto como compañero de
ruta, pero en su falta recurrirá a otro cuerpo humano cercano. Por esto sabemos
que un chico en problemas implica una pareja que no funciona en lo más básico
de las funciones: cuidado e intimidad. Estos “elegidos” son mas enfermables y
enfermizos y por eso parecen “elegidos para el sacrificio” en beneficio de una
idealizada unidad.
Cada
hijo ocupa alguna función en la diada parental constituyendo el triangulo
edipico esta dinámica filio-parental .Dependiendo del rol que el hijo asuma,
quedará con mayor o menor libertad para dejar esta pareja solos en su esfera
relacional y excluirse o estar incluido para no fracturarla. El hijo designado
prótesis de la vida emocional conyugal, está destinado a tener algunas
dificultades de individuación ya que el miedo a la desintegración es uno de los
mayores adherentes relacionales conocidos. La elección del hijo está dada
justamente por los montos de angustia de separación que este hijo no ha logrado
elaborar a lo largo de la vida. Es decir, el rol en el triangulo edipico no es
arbitrario sino congruente con la necesidad de la pareja y con las
características del hijo.
Cada
miembro de la triada edipica debe aprender a ingresar a la burbuja amorosa que
los otros dos constituyen. La madre a la del padre y el hijo; el padre a la de
la madre y el hijo y el hijo a la parental. Con las hijas el asunto es aún más
complejo puesto que la hija se distancia de la madre para poder reencontrarla.
Es decir primero hace el corte, igual que lo hace el hijo hombre, pero luego
tiene que volver a mirarla para identificarse con lo femenino. La relación
madre-hija es posiblemente por esto una relación con mas pliegues que le posibilita
a la adolescente aprender a navegar en las difusas aguas de la
intersubjetividad con mas distinciones que el adolescente varón.
La
madre es la madre del vínculo, el padre es el padre del corte. El cuerpo
materno dispuesto en sus concavidades a la recepción, el apego y la
alimentación representará para el hijo el polo del cobijo, la fusión, la
regresión a lo primordial. El cuerpo del
padre es sus durezas musculares, en sus planicies y rigideces; en sus modos bruscos
y asperezas representará el límite y la distancia. El padre usa preferentemente
las fuerzas exocentricas y la madre las concéntricas para proponerse en el
estar-con ( Stern 1995) .
Esto
en lo primero cuando un cuerpo se comunica con otro cuerpo sin palabras. Luego
aparecen las palabras a organizar la relación y ya no se habla de vínculo
solamente sino de la representación del mismo y de las memorias acuñadas en la
historia vincular. Así se construye más bien una función padre versus una madre
que está marcada por los roles asignados en la historia cultural de estos
cuerpos .El padre (o quien haga esa función, incluida la madre) propone
explorar, competir, reflexionar, planificar , verbos ( movimientos) precursores
del polo progresivo ( Bloss 1996) . La made propone descansar, dormir, comer,
soñar todos actividades más pasivas y centradas en el hogar que forman parte
del polo regresivo.
El
padre no puede sustituir a la madre en la función vincular primaria
sencillamente porque un cuerpo estrogènico es diferente que uno testosterònico:
vibran distinto, huelen distinto, se tocan distinto.
El
corte, por otra parte, es aviso de no disponibilidad. .Esta no disponibilidad
no es algo transitorio o leve sino que es un profundo y doloroso mensaje de hay cosas mucho más interesantes que tu
. A veces eso puede ser la vida común con el padre, otras, intereses variados
que el mundo ofrece. Con este mensaje el chico es guiado a seguir la línea que
direcciona los ojos de la madre hacia lo que le provoca tanto interés. A veces
al final de la línea está el padre y otras está el mundo, aunque sea como sea,
la forma final es algo que tiene mucho poder ya que organiza la vida de la
madre ( esta es la razón por la cual se ha llamado falo a este punto de deseo
final) el chico entonces comienza a trabajar para mimetizarse con estos deseos
de la madre a ver si así resulta ser deseado, sin embargo, en el camino hacia
ese sentido el chico tropieza con sus propios deseos y entonces puede
independizarse. Por otra parte el padre, quien también tiene en su mira deseos
hacia la madre la seduce alejándola del
hijo mientras seduce al hijo en la identidad masculina. La madre facilitará
este proceso de despegue desde el inicio desplazando el deseo desde sí hacia
otros focos. “Mira que lindo el juguete!!” “Sale a jugar con tus amigos”
“pregúntale al papa que le parece”. El hijo es dejado en su soledad para que a
través del proceso fort-da ( cerca-lejos) pueda planear un juego que lo
consuele .En este juego el hijo encuentra sus capacidades y construye su mundo
de coherencias .
La
decisión del tipo de entrevista parece estar centrada mas en el tramo del proceso edipico donde encontramos
ubicado al adolescente que de la edad misma. Mientras mas lejos del desarrollo
normativo de la adolescencia se encuentre el joven, más importante serán los
padres.
Un
adolescente “sujeto” es un sujeto capaz de enunciar una demanda de terapia
individual ( Braunstain 1999) asumirla como tal
. Un adolescente “sujetàndose” estará aún preso del relato familiar y
las sesiones individuales serán interminables descripciones de los padres y de
los sufrimientos que estos le hacen padecer, Es posible que en este proceso de
ajuste de cuentas necesite a sus padres como testigos y sujetadores de cierta
realidad para ir creando un nuevo universo coherente con los procesos
familiares, algunos de los cuales le han sido vetados para preservar mitos. La
caída de los mitos vivida con sus padres facilita la creación de un nuevo
universo que de espacio para la diferencia sin sentirla amenazante. Las
ataduras se aflojan cuando es comprensible la historia y la posición que se
ocupa es aclarada. Pensar en familia acerca de las funciones que han sostenido
al adolescente en esta coherencia facilita que todos suelten los nudos que
inmovilizan la acción más allá del mundo familiar.
En
el campo vincular triádico la dinámica de tres se hará funcional si ocurren
procesos de negociación en vez de enfrentamiento; sintonías en el humor;
resolución de conflictos y espacio para nuevas relaciones.
LA
TRIADA EN TERAPIA
Cuando
hablamos de impasse en terapia, nos referimos a situaciones que no pueden ser
resueltas desde la lógica familiar y que interrumpen el proceso de comunicación
.El impasse es una configuración que se organiza ante nuestros ojos en sesión y
que nos muestra los peores registros del funcionamiento familiar. Los padres
frente al impassse suelen decir “Ella/ el no es así, se pone así y no sé por
qué. Es cuando viene para acá, alomejor deberíamos dejarlo solo/a con usted” .
¿Cómo
se organiza? ¿, Cuales miembros lo facilitan?, si estamos viendo a los
hermanos, ¿qué ocurre cuando algún miembro no acude a sesión?, ¿cuando se
resuelve? , aunque sea parcialmente, son
las preguntas que nos permiten ingresar e intervenir en una configuración que
como tal se muestra en su forma más patológica en busca de significado.
ALGUNOS
IMPASSE DESCRITOS DESDE LA POSICION DEL ADOLESCENTE
1-EL
ADOLECENTE REBELDE: Este adolescente ha tomado los discursos sociales
de libertad, reivindicación de derechos, justicia social. Son como un manifiesto
revolucionario, donde los padres, en su imaginario, toman el rol de monarcas
autoritarios y a veces despiadados. Suelen ser muy rabiosos y oponerse a todas
las propuestas que los padres hagan de negociación. Se sienten injustamente
tratados, víctimas de la autoridad. En esta configuración los padres pierden su
poder de contención en el desarrollo del hijo, justamente, porque quedan
atrapados en un discurso, que en algún sentido les hace sentido. El argumento,
que es mas defensa que enfrentamiento, esconde tras de sí el temor el
desamparo. Actúa como paradoja dejando al adolescente liberado a sus propias
contradicciones. Ama y necesita a sus padres porque registra un mundo
amenazante y competitivo, pero siente que odia a sus padres. “Ama hasta rabiar
“En estos casos Minuchen ( 1982) es nuestro perfecto aliado. La función
debilitada es la contención de impulsos y es necesario restituirla. Cualquier acción destinada a sumar en
contención será bienvenida. Estas acciones tienen que ver con límites y por lo
tanto se abren los espacios de temor al conflicto. Es aquí donde hay que apoyar
a los padres. Construir la jerarquía es esencial, asunto que puede estar
debilitado a propósito de relación de pareja que no anda y apunta a
descalificaciones.
Técnicas
terapéuticas destinadas a devolver el control a los padres:
a.. Explicitar que las decisiones familiares las toma
el subsistema parental.
b. Dar tareas a los padres que impliquen decisiones y
actos de contención como poner horarios, control de fiestas, ir a buscarlos a
sus lugares de encuentro (juntas, carretes, discoteca).
c. Chequear en sesión dificultades que la historia de
los padres pone en cuestión con los hijos.( a veces los padres hacen
identificaciones negativas con sus padres” nunca seré como ellos”)
Este
adolescente suele desafiar al terapeuta desde la primera sesión diciendo de
diferentes formas: “tu no me puedes
ayudar” ;“ los extraños no son bienvenidos” ;“ no quiero venir y no lo voy a
hacer” ; “hoy me trajeron, pero no
pienso volver”; “esto es una estupidez, mis papas están locos” Esta última frase revela que ya hay una
diferencia entre como los padres han resuelto ser ayudados por externos y como
el chico no entiende que contravengan sus propias reglas esenciales ya que la
configuración paranoide ha sido el modo
de organizarse bajo ciertas
circunstancias. El externo es amenaza y la pauta se activa. Por eso, otra
acción del terapeuta es irse constituyendo en alguien confiable, asunto que
solo la recurrencia de un lugar con conflicto acotado puede facilitar.
Características:
CONDUCTA EN SESION: Fragmentos discursivos cargados de rabia. “El/ ella
no entiende nada” “Ahora me vienen con esa” “ustedes están locos” “ustedes no
cumplen con su función”
DEFENSA A : Su propia fragilidad.
CARACTERISTICAS FAMILIARES: Tendencia a negar fragilidad en función del esfuerzo,
el trabajo y la eficiencia.
DESARROLLAR EN PADRES: Conexión con la historia de faltas, fracasos, duelos
de imágenes y duelos de ausencias de figuras importantes. Mitos de poder versus
realidades de fragilidades. Incrementar la empatía hacia el dolor del otro
conectándose con el propio.
DESARROOLLAR EN ADOLESCENTE: Integración de la fragilidad como un elemento que
permite entender otras dimensiones de la realidad y aceptar el fracaso como parte
de la acción.
Ejemplo.
Matías es un chico de 16 años que ya ha estado en 5 colegios desde séptimo año
básico. Es el tercero de una familia de seis hermanos y consulta enviado desde
su psicopedagoga puesto que ha sido sorprendido robando chocolates en una
bencinera junto a un grupo de amigos, siendo definido esto como “talla”. Los
padres aparecen sujetados de un discurso valòrico que no se condice con la
realidad “es importante ser honrado” dice el padre, mientras intenta no pagar
la cuenta del colegio arguyendo inasistencias “Mis hijos deben llegar virgen al
matrimonio” dice la madre, mientras se sabe que se casaron apurados. El padre
le financia la vida a hermana con trastornos de personalidad borderline que ha
intentado suicidarse varias veces. La madre presume que el hijo será igual. El
padre sobreprotege a este hijo y lo toma como compañero: sale con él, lo invita
a sus asados con amigos, van juntos al futball y las carreras de caballo. El
adolescente tiene un discurso incoherente y peleador sin alcanzar a exponer sus
ideas completamente. Dice algo así como: “Ella es una extraña que no tiene
porque meterse en nuestra familia” Se organiza un sistema muy sencillo de
cuidado, donde los padres puedan estar cerca de él en situaciones de riesgo
(fiestas y salidas lo van a buscar) y
además se le restringe el dinero y los
permisos. El padre decide sacrificar la relación de amigos con su hijo y
toma la posición de cuidador haciéndose cargo de las rabias que e sto produce
en principio. El adolescente se va
tranquilizando e inicia relación de pareja con amiga que baja angustias y
explosiones rabiosas. Logra terminar el año escolar auque no asiste
regularmente a colegio. El Rorcharch habla de una organización límite que
permite ir organizando a los padres como cuidadores de un niño psicológicamente
frágil. Empiezan a mirar su relación de pareja y el rol que cumplen sus hijos
en estabilizarla.
2-
EL ADOLECENTE MUDO: Este es el
adolescente que decide que no hablará en sesión. Su discurso es la
desesperanza. Nada cambiará en esta familia, ni ellos que ya están viejos
(aunque sean jóvenes) ni la gente del colegio y
por lo tanto no sabe para qué
viene a perder el tiempo. “Además no voy a decir nada porque no tengo porqué.”
Detrás
de esto suele haber temor al derrumbe, que tal como dice Winnicott ( 1974) , este derrumbe ya ocurrió, es decir ,se
trata de adolescentes que han sido testigos emocionales del derrumbe de la pareja de padres y no quieren dar
cuenta de esto por los montos de dolor implicados. La creencia es que si ellos
pusieran en palabras y nombraran el conflicto, este se haría realidad. Sienten
que su silencio, es parte de un pacto invisible con los padres. La colusión
triádica intenta sostener la estructura amorosa de los padres sin conseguirlo.
El adolescente cree que sus pesadillas emocionales dejan a los padres libres de
la tormentosa realidad de la separación. El dolor de este fracaso es actuado a
través de síntomas o enfermedades. Los casos más graves, es decir aquellos
adolescentes que no han sido mentalizados apropiadamente por la pareja de
adultos a cargo, estarán más expuestos a los montos emocionales involucrados en
estos significados y serán los candidatos a autolesiones, hacer parejas
destructivas; consumo de drogas, conductas de riesgo, depresiones o pero aún se
refugiarán en patologías más complejas y totales como los trastorno de
alimentación.
Los
padres se acercan a mirar sus dificultades a través del paciente. Una
redefinición útil es dejar al paciente como testigo de lo que ocurre y se le
podrá decir “Solo me gustaría que estés aquí para escuchar, no es necesario que
hables” esto es coincidente con lo que el paciente ha estado haciendo en su
familia y además actúa como una paradoja . Por mucho tiempo ha escuchado sin
decir y por lo tanto le puede parecer coherente. Por otra parte es lo que nos
comunica con su mudez. Decirle “ queremos que escuches, no que hables. Puede
que tu sepas algunas cosas que aquí se van a conversar, te pido que solo en
casos muy necesarios, hagas alguna acotación, esto te costará porque tendrás
que estar atento, pero puedes hacerlo en la medida que puedas. Sostener la
atención puede ser una tarea tediosa, sobretodo si no estás de acuerdo.” Podría
ser una frase que le describe el rol que queremos adopte en sesión y que
probablemente es el que ha tenido en la triada.
Suele
ocurrir que los adolescentes escuchan y luego en la semana comentan lo que
ocurre. A veces, aumentar el número de participantes de la familia distiende la
tensión de la unidad edipica y entonces el adolescente habla, otras veces es al
revés. Por lo tanto estar atentos a estas sutilezas nos puede ayudar. La idea
que una terapia está hecha preferentemente de las palabras que circulan, es una
idea que como terapeutas familiares sabemos tiene una verdad limitada, hay
muchos niveles implicados como para creer que este es el que lidera las
posibilidades de desatrape y autonomía a las que estamos apostando.
CONDUCTA EN SESION: Oposición a la comunicación. No mira, no
responde,no participa.
DEFENSA
A
: Secretos familiares : acontecimentos irregulares como alteraciones econômicas
, asuntos incestuosos, alcoholismo o consumo de drogas. Generalmente el secreto
protege la imagen de los padres.
CARACTERISTICAS FAMILIARES: La familia intenta sostenerse en su imagen, rehúsa la
realidad. Es una familia icono. Utiliza la imagen como refugio emocional, como
si la realidad fuera agresiva para la construcción de la subjetividad. Hay
asuntos narcisistas sosteniendo la identidad. Intenso control del
disentimiento.
DESARROLLAR EN PADRES: Capacidad de afrontar lo real como aquello que son y
darle valor.
DESARROOLLAR EN ADOLESCENTE: Capacidad de disentir de la imagen parental.
Ejemplo:
Tamara cursa una anorexia restrictiva hace seis meses. Durante un año, en
sesiones semanales, ella estuvo muda. Es la segunda de tres hermanas. La
primera vez que abrió la boca en sesión fue un día que el padre habló de algún
sentimiento depresivo y ella acotó “toma algo” . Otra sesión, sin el padre,
relata en forma fraccionada un sueño donde ella misma se hacía cirugía
en la cara y se sacaba sus mejillas que le parecen abultadas. El sueño estaba
lleno de sangre. En el transcurso de la terapia el padre, que había tenido más
de tres episodios de diverticulitos ,es operado . La sesión en la cual el padre
acude post operado sintiéndose muy bien aunque con molestias por los parches (que
serian retirados al otro día) la paciente pudo describir asuntos de sí misma
por más de 20 minutos. El sigmoide diverticulado del padre, inflamado cada vez
que la tensión era intolerante, estaba fuera y por lo tanto la amenaza de
muerte y separación irreversible quedaba lejos. El padre volvía a estar
intacto, como si aquello hubiera reparado una imagen inconsciente del cuerpo (Dolto
1997) del padre. Solo ahí la paciente decidió hablar, tal vez ahora estaba
segura que la madre no estaría sola y que por lo tanto ella podía hacer una
vida diferente a la de ella.
3-EL ADOLESCENTE QUE SE OPONE AL TERAPEUTA
Este es el adolescente que no puede ir directamente en contra de los padres,
entonces, dirige los ataques al terapeuta. Suele ser el guardián de la familia.
y por lo tanto la idea de un fisgón que desordene o lo devele despierta toda su paranoia. Esta aparece
como ira dirigida al terapeuta. La proyección de disforia afectiva suele ser
masiva y si se trata de un terapeuta inseguro en su acción, será desbancado, es
decir perderá capacidad de pensamiento y acción si es tocado por estas flechas
venenosas del guerrero guardián del caos.
Suele
ocurrir que mientras el adolescente suelta los improperios al terapeuta, los
padres lo sostienen en un silencio casi agradecido. El adolescente se está
encargando de construir la realidad que ellos viven: el mundo se divide en dos,
en este caso es los de la familia/ los extraños. Los buenos (familia víctima de
un invasor) / los malos (el terapeuta) El adolescente es el guardián de esta
configuración y desde la misma se expone los profundos sentimientos de amenaza
que sienten los padres .¿Cual es la real amenaza? Se trata frecuentemente de
disputas conyugales subterráneas que mantienen en posiciones ezquizoparanoides
el sistema conyugal y especialmente esta triada. Como la voz del sistema puede
posicionarse en cualquiera de sus miembros tenemos que entender que para la
familia esta situación es compleja y dentro de las primeras intervenciones
resignificar con algo como: : “Puede que en esta familia no todos estén
completamente de acuerdo en venir a terapia, no es fácil exponerse con
extraños, puede que creamos que seremos juzgados ,observados o cambiados y
puede que no nos guste estar en esa posición”
Con estas resignificaciones nos hacemos cargo del impasse posicionándolo
en la familia en vez de tomar una posición polar con el adolescente. Técnicamente
oponerse al adolescente sería un error, pues colapsarìa la configuración polar
que subyace al problema y negar la agresión también, por lo tanto la salida es
reintegrar la agresión a todo el sistema. De esta forma vamos librando al
adolescente de estos sentimientos rabiosos.
CONDUCTA EN SESION: Confrontación casi violenta
DEFENSA A: Colusión parental . Bienestar está basado en no
confrontarse. El psuedo-acuerdo es parte de la pseudo armonía.
CARACTERISTICAS
FAMILIARES: Contradicciones de polos agresivos y aceptadores. Sumisión y
dominio. Pelea y acuerdo. No hay dialogo entre los polos solo confrontación.
Negación de los polos como parte de un todo. Suelen haber varias dimensiones
contrapuestas por ejemplo hay: débiles / fuertes ; sumisos/ rebeldes delgados/
obesos, grandes / pequeños ( a veces esto pude llegar tan allá como en el
desarrollo físico.
DESARROLLAR EN PADRES: aprender a disentir
sin sentir que por eso está en riesgo la pareja
DESARROOLLAR EN ADOLESCENTE : Conectarlo con la imposibilidad de estar a cargo de
la armonía paretal. La pareja de padres no es su cuestión.
Ejemplo:
Marilu es una chica de 15 años que vive en Chile hace poco. Ingresa a un
colegio mixto y no entiende las coherencias de los adolescentes de este
país. Es hija única de padres añosos. Es
activa, vivaz, simpática por una parte y muy contestararia y opositora por
otra. Desafía permanentemente…”a ver dime, pues…apuesto que no me lo puedes
explicar “ “ Venir acá no sirve de nada” La madre es huérfana de padre y madre
desde los 14 años y el padre , un hombre mayor en su segundo matrimonio. La
madre ha tenido depresiones y el padre no cree en las terapias. La pareja
conyugal ha ido acordando que la conflictiva es Marilu y que ellos ya no saben
que hacer. La tarea terapéutica se centró en estar atentos a las agresiones de
modo de resignificarlas desde el dolor del abandono, la soledad y la dificultad
de adaptación.
Los
límites comienzan a ser vistos como necesarios para la convivencia. Si la hija
pide desmedidamente cosas, atención o ayuda es posible no atenderla completamente.
Se van resignificando las peleas (que la adolescente intenta armar en sesión
con la terapeuta o con la madre ) , de modo que estas correspondan a deseos
frustrados de autonomía más que a deseos
frustrados de dependencia. Se trabaja la intimidad como espacios de ocasión y
no como un continuo entre madre e hija. También la pareja de padres requiere de
reingenierìa (ellos tienen vida intima con la puerta abierta y no dejan que M.
pueda estar con puerta cerrada en su pieza…)
Los polos de cerca/ lejos; amigo/ enemigo; extraño/ familia pasan a relativizarse . La madre va
entendiendo como su historia está presente en esta crianza y puede hacer
conciente el rechazo a Marilù que despierta las profundas angustias del
abandono. Integrar la agresión como un modo de dejar fuera del mundo propio al otro, se va viendo como necesario para el
desarrollo de cada cual. El padre acude frecuentemente a sesión y participa
haciendo que la madre esté más en rol de esposa y compañera. Con estos
movimientos la adolescente deja de organizar el caos. Los síntomas obsesivos
disminuyen hasta desaparecer.( tenía que lavarse las manos y sus peluches
frecuentemente) y al cabo de dos años aparece una adolescente adaptada , con
amigas y amigos, que puede organizar su vida prescindiendo de la madre e integrando los aspectos agresivos que ésta
propone en la relación..
4-EL ADOLESCENTE DORMIDO Este es un
adolescente que participa laxamente, despojándose de energía. Ocurre durante
las sesiones que se deja caer en el sillón como otorgándole el sitio a los
padres. A veces nos parece deprimido por lo hipotónico, hipomímico y ausente.
Este adolescente le resta energía al sistema, como una forma de bajar la
tensión y la posibilidad de agresión. Es una forma de defensa muy profunda y riesgosa.
Estos adolescentes se van del campo vincular desatendiendo , no tomando riesgo
ni placer. No acuden al mercado emocional familiar y por lo tanto no se proveen
de nada que allí hubiera disponible como nutritivo . Son adolescentes que
descartan la familia como fuente emocional de bienestar y luego, ya adultos y
habiendo aprendido este modo-de-estar-con descartan a sus parejas y amigos.
Suelen ser depresivos y aislados. Si son diagnosticados desde el eje Uno no mejoran
de sus cuadros depresivos a pesar de
utilizar diversos medicamentos a lo largo de los años. Hacen autolesiones, de
leves a moderadas. Los más graves, caen en
micropsicosis y en soledad pueden cortarse o hacer intentos de
suicidio buscando pausas a esta soledad.
Es una forma grave de interacción que fija la pasividad, la inacción como bases
del bienestar y que por lo tanto no deja que se desarrollen formas de acción
que permiten más alternativas de adaptación.
CONDUCTA EN SESION: Duerme o desatiende, se hecha en el sillón o sobre la
madre o algún hermano.
DEFENSA A : caos.
CARACTERISTICAS FAMILIARES : Suele existir un conflicto conyugal a punto de
explotar otros conflictos en familia extensa no resuelta a lo largo de años.
DESARROLLAR EN PADRES : Habilidades para incluir emociones intensas e
incertidumbre, cercanas a la locura , rabia o ansiedades en escenarios de comunicación relacional. Echar a rodar lo
emocional.
DESARROOLLAR EN ADOLESCENTE : Tolerar intensidades emocionales en contexto de
contención y cuidado.
EJEMPLO
Amanda
es una chica e 13 años tercera hermana de cuatro y única mujer. Es callada y su
voz es apenas audible en sesión. Consulta porque no puede ponerse traje de baño
y la madre está preocupada por su autoestima. El padre es autoritario y rígido.
Tiene sus creencias acerca de cómo el mundo debe funcionar. Sin televisión, ni
computación, ni distracciones. El principal valor es el sacrificio, dice. La
adolescente llega a sesión con ambos padres y los posiciona en sus primeras
sesiones uno a cada lado “para que me sostengan y den calor” dice. Luego la
madre decide en sesiones posteriores que está incómoda y se cambia a silla
individual del frente. El padre a lo largo de las sesiones también migra al
lado de madre en silla individual. La adolescente habla sin tono, sin despertar
el interés en otros. Es un hablar desvitalizado que por momentos es cruzado por
una intensa rabia que sale transformada en una mirada fija e intensa sin
palabras. Se decide incorporar al hermano mayor ( 16) a sesión, ya que al
parecer es muy descalificador con ella. En esta segunda parte de la terapia, el
hermano aporta a la dinámica descripciones de los padres y los conflictos
familiares que van develando lo que la chica no había podido leer. El hermano,
da cuenta de los intensos temores de ser descalificado y restado del amor
familiar que generan los padres con sus imposiciones. La chica, entonces
empieza a comprender, a mentalizar aquello que la inmovilizaba. El hermano la
alfabetiza ( Bion 1997) Las sesiones se tornan dinámicas, llenas de contenidos,
los padres se asombran con los relatos de la vida subjetiva de los chicos y el
padre comenta que está aprendiendo que hay otros caminos y que él puede estar
equivocado en el propio. En este caso las capacidades de un hermano tiran a la
hermana del caos donde estaba. Un ejemplo que la mentalización no es una
función solo de los padres a los hijos sino que es un juego familiar conjunto.
La resignificación comienza en la descripción del estado emocional y sigue en
el juego de asociaciones familiar.(Palazzoli 1993)
CONCLUSION
Existen
distintas forma de presentación defensiva en sesiones familiares que son
vividas como impasses terapéuticos. Se presenta un grupo de estos impasses,
aunque existen otros mas. Se invita a pensar en otros.
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