domingo, 31 de marzo de 2013

dialogo
pergola-araña con  Los Andes  detrás.
fusión
PÉTALOS DE ROSAS  en la alfombra roja

CINE Y SEMIÒTICA  
CINEMA AND SEMIOTIC

ENSAYO


FORMAS CINEMATOGRÀFICAS DE LA CONCIENCIA


Patricia Cordella[1]

Tal vez resulta extraño para nosotros, los supuestos dueños de  la psiquis, aceptar que la idea “wikipèdica” de lo que es la mente y de cómo se enferma, no nos pertenece completamente. Más bien  existe una suerte de tierra compartida con las artes, la filosofía y  las disciplinas humanistas. En ellas los realizadores emprenden la tarea fenomenológica de  hacer evidente tanto lo cotidiano y sano, como lo  enfermo  y  desviado. Las   descripciones producen  identificaciones, muestran  dificultades  y  giran la  significación inicial de uso común a nuevos sentidos comunes. Así estos movimientos van  provocando cambios por retroalimentación en  el mismo objeto que intentan describir. La mente es pura dinámica.



Una de las artes actuales que, probablemente, más influencia ha tenido en la  construcción cultural de este dispositivo  intermedio que llamamos mente, es el cine. La imagen, el sonido, las palabras, la trama  del guión han ido no solo mostrando, denunciando y explicitando las formas humanas de  la mente, sino los modos de ser , hacer, querer , saber y poder . Han  estado configurado  las formas conscientes e inconscientes que le dan  sentido al acontecer.
Pero el cine no solo hace mente en su trama sino en la estética propuesta (en el modo de hacer formas). Cuando toma la imagen –movimiento [1] va construyendo un universo coherente. Añade música, palabras,  fotos, transiciones de escenas, resoluciones y nudos conflictivos entre estos elementos. El director, a través de esto, es capaz de construir belleza aunque lo que muestre  sea  horror y ése es justamente el aporte estético que nos fascina, nos captura en lo novedoso de ver y decir, incluso por sobre los temas y las contingencias mentales expresadas. Si el director no lograra “hacer belleza” no habría arte y la mente seguiría en sus coherencias habituales, sin el asombro y el deleite de lo armonioso.
LA MENTE, LA CONCIENCIA  Y EL CINE
La habilidad del director se prueba al llevarnos de la mano hacia  un estado de conciencia específico que nos hace pensar-sentir. Esta experiencia se logra con maestría. ¿Cómo es que el espectador inicia su experiencia  en un estado de conciencia y  sale en otro después de ser expuesto a una  obra fílmica?
Podríamos decir que la experiencia-cine es una experiencia Top-Down. Se parte de la simbolización para llegar al tronco cerebral, vía sistema límbico y así   ajustar un nuevo estado fisiológico global.
Entonces ESO [2]que ocurre en la superficie de las imágenes, les va recorriendo la costa, las orillas veladas  hasta  hacernos caer al cuerpo. ESO  ocurre en el correr de la secuencia, en el ritmo dado por  del  director, ESO ocurre en ese paso, ya sea abrupto o transitado dado a  la imagen, de modo que   uno y otro  cuadro, va sugiriendo lo simbólico. Este orden hace coherencia. Es el director quien  nos orienta hacia un nuevo estado de las cosas. ESO emerge desde la estética propuesta a través de la propiedad aditiva de la información. Entonces  acontece gracias a las operaciones sémicas del aliquid stat pro quo[3].
ESO,  es este acontecimiento  que entendemos como fenómeno mental. No es consciente o inconsciente. Es ambos, a la vez, aunque lo llamamos: estado de conciencia. Un producto mental destinado a hacernos actuar / no actuar. Se trata  de una experiencia global inexpresable tan solo con el lenguaje y es por esto que el director recurre a configuraciones complejas (similares a la vida) donde hay imagen, movimiento, color, sonido, texto, series, secuencias, opuestos y nos hace participar activamente, vía sistema nervioso, en esta sugestión orientada.
Es por esto que nos puede interesar, y nos interesa, el tema del cine ya que nos propone una pregunta crucial para nuestro quehacer: ¿cómo se construye un estado de conciencia? ¿Podríamos entender la patología mental como un estado de conciencia estable, rígida, que no podemos deconstruir?
Pensado así nuestra tarea en terapia es des-hacer un camino que los directores de cine saben muy bien hacer. ¿Podemos deconstruir haciendo ingeniería inversa? Tal vez, este afán “con/des-tructor” provenga de nuestra  tradición científica entrenada en  desmenuzar, trozar  y fragmentar un objeto de estudio. El viaje va  de lo mágico a lo  concreto; del sentir abierto de bordes indefinidos al pensar discreto y ceñido de un análisis. Reconocer para comprender. Enunciar para asaltar los paradigmas establecidos, desordenar la sintaxis para forzarla a significar de otra forma.
El estímulo estético, es de alguna manera,  una fórmula matemática con consecuencias esperables. Pensemos en una película pornográfica, como ejemplo primitivo  de esto. Bajo el estímulo presentado se puede acceder, fácilmente, a la excitación sexual. Lo mismo ocurre con situaciones de pérdidas amorosas  o se separaciones, aún si se trata de comics, se accede a lo emocional a través de lo simbólico.
Un buen director, sin embargo, es más fino que estos ejemplos. En las experiencias que quiere comunicar, apunta  a asuntos más complejos y ambiguos para  describir estados mentales tales como: dilemas éticos; dudas existenciales; giros de significados; conflictos sociales o políticos; experiencias emocionales extremas. También muestra las experiencias ligadas a contextos históricos  y rastrea  las raíces valòricas  que los sustentan.
Para la comunidad psi la lectura de las capas de una obra de arte resulta un tanto más fácil que para quienes no cuentan con la alfabetización simbólica de los afectos. La  lectura  de una obra es siempre una co-producciòn hermenéutica. Por una parte el director ha seleccionado lo que le parece oportuno para expresar la experiencia vital, pero por otra, el espectador hace lo propio al seleccionar (consciente o inconscientemente) las memorias de los patrones sensorio-afectivo-motores-cognitivos que pondrá a disposición de la interpretación. Este juego de articulaciones es el que va llevando la conciencia a la experiencia de “entretención”. Podemos pensarla como entretención ya que se trata de una situación “como si”, un juego. Es “como si” estuviéramos en la guerra, experimentando el frio de una trinchera o “como si” hubiéramos bailado hasta extenuarnos, pero ha sido solo una experiencia del top (cortical). Allí estarán  involucradas, por ejemplo, las neuronas motoras espejo [2] .Solo si  se sobrepasa cierto umbral  de excitación, conseguido  a través de identificaciones, memorias o aprendizajes se estimularán  los circuitos cortico-límbicos y  llegará la experiencia a  involucrar el tronco cerebral. Entonces,  cambiaremos el ritmo de la respiración o la frecuencia cardíaca. La idea del cine 3D va en esta línea: construir hiperrealismo de modo de sorprender al SNC. y estimular con esto todo el cuerpo, sobreinvolucrando al espectador. Y todo sin moverse de su asiento.

UN EJEMPLO NOTABLE
¿Cómo es, entonces, que el cine construye estados de conciencia? Se trataría de un proceso de complejizaciòn que ata  discurso con percepción emoción y acción.
Para explicarlo, tomaremos como ejemplo la película “El Desierto Rojo”[4]  de Michelangelo Antonioni. Protagonizada por Monica Vitti.
En la historia del cine ha habido momentos  que marcan el inicio de ciertos modos de producción de sentido. También  ha habido  directores que tienen una manera tan particular de configurar sus películas que son  fácilmente identificables .Es el caso de Antonioni (Ferrara 1912, Roma 2007).
El cine italiano en la década del 60 se presenta como un cine de vanguardia, con una manera de decir que hace escuela y Antonioni forma parte de este  grupo de directores. Con influencias de Rosellini y del neorrealismo italiano toma el  punto de vista femenino.  Desde la subjetividad femenina  esboza preguntas que siguen vigentes hasta hoy: ¿cuál es el rol  de la mujer en la sociedad? ¿Dónde debe/ quiere/ puede/ sabe/  situarse la mujer en la sociedad? ¿Qué relación existe entre Naturaleza/ Femenino  y Tecnificación/ Masculino? ¿Hay algún punto donde se unen  “generación de vida” con “generación de supervivencia”?
El objetivo final del director de cine  sería el de abrir la mente a la reflexión. Poner en cuestión las certezas sobre las cuales estamos parados. Para esto necesita  construir “otros” estados de conciencia. Diferenciar el hábito cognitivo  iluminando zonas  mudas de significado, ampliando los límites del pensar/ sentir  y orientando la acción.
Breve reseña de la película “El desierto Rojo”.[5]
Se trata de la historia de una mujer en la década del ‘60 que no tiene clara su identidad. En lo particular está lo general. Llegada la prosperidad económica post guerra y  disociada  la sexualidad en procreación/ placer (con el uso de las pastillas anticonceptivas) el rol de la mujer entra en crisis. “¿Qué hago con mis ojos? ¿Qué tengo que mirar?”; “Uno gira y gira y se encuentra donde mismo”. Es una mujer que se presenta trastornada”la niebla me cofunde”; “Yo no estoy sana y nunca lo estaré”; “después del choque estuve en la clínica un mes porque intenté suicidarme”. En su búsqueda se acerca a un colega del marido. Este hombre está más dispuesto a escucharla “Si mi marido me hubiera mirado como me miras tu, habría entendido muchas cosas” sin embargo, no es capaz de darle las respuestas que busca “hay algo terrible en la realidad, no sé que es, nadie lo dice. Tampoco tu me ayudaste”. Solo la acerca a una precaria identidad “Por fin, soy, al menos, una mujer infiel”. La mujer vaga por las cercanías del puerto de Ravenna (en la costa de Emilia Romagna, cerca de Bologna) en un escenario de gigantescas construcciones  industriales: silos, barcos, grúas, edificios, torres de alta tensión. Suele haber vapor, niebla o estar obscuro. El fondo sonoro es  ruido industrial, lo que marca un ritmo, una exigencia mecánica de esfuerzo. Hay necesidad de  energía. Se siente sola, abandonada a su suerte “Quisiera que todas las personas que me han querido tenerlas a mi alrededor como un muro”. En la película la mujer parece  no solucionar las relaciones con el hombre representado en  su marido, el amante y un hijo de cinco años. En su pubertad era una niña solitaria que disfrutaba del mar en una playa desierta .Desde ese momento una voz aguda que canta-grita algo monótono la acompaña como una alucinación de presencia femenina sin contenido.
El análisis de la película “El desierto Rojo”
Existen diferentes formas de analizar una película .Eduardo Llanos  [3]por ejemplo lo hace en 5 dimensiones: intrapersonal; interpersonal, estético, simbólico, ideativo.
Usaré, en cambio, una estructura muy sencilla para dar cuenta de cómo Antonioni  va proponiendo las capas sémicas con las cuales nos hace participar de su  experiencia fílmica:
Primero dispondremos y nominaremos   los sistemas de pertenencia: sociedad, familia, si mismo. Luego, los sistemas de significación: iconos y símbolos y finalmente el lugar de la encarnación, el cuerpo humano.
Es necesario ubicarse en  el sistema de pertenencia  para capturar los significados entregados en la obra, es decir, el contexto sociocultural en el cual la película fue filmada nos sirve de connotación. Lo mismo ocurre con la familia y sus satélites donde transcurren  los juegos relacionales  de los personajes  y finalmente  la posición subjetiva que nos sugieren los personajes. Como se entiende cada capa va construyendo y variando la otra.
En “El Desierto Rojo” lo que el director parece tener como objetivo  central es hacernos participar de la subjetividad femenina de los sesenta. Esta posición subjetiva  va emergiendo  del juego entre los planos señalados: pertenencia, significación y encarnación. Se va construyendo así  un estado de conciencia.
I SISTEMAS DE PERTENENCIA
1-Contexto Sociocultural histórico del “Deserto Rosso” (señalaré sólo algunos puntos de interés)
a. Contexto Filosófico en los sesenta: Con el existencialismo y la fenomenología la filosofía  se presenta no ya como   una disciplina de premisas o conclusiones que utiliza las afirmaciones, negaciones, conjunciones o disyunciones sino  como una nueva metodología del conocer que utiliza las preguntas  como instrumentos del pensar. El cuestionamiento esencial es desde ese momento: ¿Cuáles son las condiciones de posibilidad del hombre en el mundo en que vive? Es decir, ¿cuánta libertad tiene el hombre para elegir? ¿Cuánta determinación le da el contexto? La realidad  contextual aparece  como el límite y la condición de ser-en-el-mundo. Hay una reflexión en torno a las demarcaciones y las condiciones de lo cotidiano. Es por esto que Kierkegard, Jaspers y Heidegger hablan de la imposibilidad de elegir como la causa de la angustia existencial.
b. Contexto Económico en los sesenta: Estamos en una década  mecánica, de positivismo a ultranza, donde la economía se entiende aún centralizada en el estado que juega un rol  proteccionista .Lo mecánico es aquello que explica y actualiza (hace actual) el ideal del progreso económico. Los  deseos de los ciudadanos se empiezan a orientar al consumo, aspiran al auto y el televisor.
c. Contexto Político: La palabra que guía los mensajes políticos y da sentido a la acción colectiva es “Progreso” .Es la década de la “Alianza para el Progreso”[6]. El progreso es un valor social que se contrapone a “Natural” constituyendo las antípodas habituales entre Naturaleza y Cultura (lo natural versus lo fabricado). En ese momento hay una importante migración del campo (economía agraria) a la ciudad (economía industrial). Las personas añoran el campo: sus signos, ritmos y coherencias. Un ejemplo es la obra “Marcobaldo” de Italo Calvino, el protagonista de varios de sus cuentos es un campesino que en un  intento nostálgico busca brotes de plantas, rayos de sol, olor a tierra en medio de la ciudad de cemento. El progreso se contrapone a lo artesanal a través de lo elaborado. Es esta fabricación, que pone al hombre frente a lo seriado y  repetido, que lo expone a sentirse desechable, una unidad de entre otras unidades, un commodity.
En nuestros días  la palabra-concepto “Progreso” ha sido cambiada por la de “Innovación” apuntando a superar las formas actuales de hacer por otras más creativas y desplazando el significado hacia una lógica más probabilística que lineal. Se innova en tecnología a través de saltos creativos. Se progresa en una línea creciente.
A propósito de las antípodas derecha, izquierda, en la película hay un dialogo muy interesante que reproduciremos. La protagonista le pregunta a su amigo:
-¿Eres de derecha o de izquierda? Y él contesta:-Esto requiere de respuestas precisas. No se sabe bien en que creer. Se cree en la humanidad, menos en la justicia, más en el progreso. Se cree en el socialismo, tal vez. Lo que importa es hacer lo que se cree justo para uno y otros, tener la conciencia en paz.
Si parafraseamos hasta  nuestros días podríamos decir que esto se reescribiría, tal vez, así:-Esto requiere de respuestas precisas. No se sabe bien en que creer. Se cree (tal vez) en la humanidad, (menos) poco  en la justicia, más en (el progreso) la innovación tecnológica. Se (cree en el socialismo, tal vez) debiera creer en la libre competencia. Lo que importa es hacer lo que se cree justo para uno y otros, pero: ¿qué es lo justo? Y por no tener respuesta no se puede tener la conciencia en paz.
Más que angustia existencial en nuestros días: angustia ética.
4. Contexto Psiquiátrico: En 1961 aparece el libro de Foucault “Historia de la locura” que ayuda a fundar la anti psiquiatría que termina por cerrar varios centros de internación psiquiátrica. Se entiende el delirio como una catarsis social realizada en la mente de ciertos individuos y la metanoia, una locura favorable al descubrimiento del inner self. Es la época en la que se exploran estados de conciencia con drogas psicodélicas. Estamos en pleno hippismo. Aparece la idea del yo diseminado con “partes” de uno mismo que daría  cuenta de ciertas conductas. El DSM I, editado en año 1952, no será  modificado  hasta el año 1968.El comité científico ha decidido que no se sabe bien que sea la esquizofrenia, pero que a ciertos síndromes les pondrá ese nombre. Se sigue hablando de neurosis depresiva, de ansiedad e  hipocondriaca.
5. Contexto de Género: No está claro cuál es el lugar que ocupa la mujer en un contexto donde la energía, la producción, la expansión son los valores sociales. Este es el contexto que trabaja la película. La mujer es una estructura abandonada, tiene una identidad terrain-vague [7] . Además es errante, quiere poner una tienda, pero no sabe de qué, el local donde dice que venderá objetos, está vacío. Quiere viajar, pero el barco está custodiado por un hombre que habla un idioma incomprensible. Quiere ser contenida, pero el amante se va de viaje. Quiere hacer el amor y el marido no la secunda. El autor presenta la duda existencial en la protagonista. Tanto la estética de la película con: bordes difuminados, niebla, cambios de escena sin transiciones, diferencia de tamaños entre grandes fábricas  de metal y cemento y el cuerpo humano pequeño y tan acuoso como el estado de conciencia de ella, trasmiten esta sensación de vacío, confusión, escasa claridad  característico de los bordes de la conciencia cuando no hay un sentido determinado. Son años en los que  está construyendo una “nueva subjetividad femenina” que se iniciará a partir de nuevas significaciones de la historia, la sociedad, la cultura y la política que cambiarán el lugar de la mujer y la desplazarán hacia los espacios públicos
2- Contexto familiar o los juegos relacionales
Todo juego relacional está activado por el deseo. En el deseo primordial lo deseo todo y no tengo nada. El deseo genera circulación de afectos, actos y pensamientos cuando toma  del lugar de otro que ha deseado el discurso que lo moviliza. Podemos pensar que existe una alteridad global  y pública que integra y decanta los deseos particulares de las alteridades íntimas.
Lacan llamó a esa alteridad el Otro (con “O” mayúscula) y a la íntima “otro “con minúscula. El deseo del Otro tiene como característica ser metonímico, es decir se desplaza de un objeto a otro sin satisfacerse. Se desea desde el lugar del Otro o del otro. Así se suele desear lo que otro desea o ser objeto de deseo de otro.
El deseo es un fenómeno humano más que animal ya que está más allá del instinto y la necesidad. El deseo no es hambre, es apetito. Es una fuerza continua, la esencia de lo humano, domesticable.
El deseo se materializa en una estructura tripartita organizada entre un Destinante que desea un objeto; un destinatario que acepta la misión de alcanzarlo por él y el objeto de deseo  mutuo. El destinatario se moviliza, adquiere competencias, pide ayuda, enfrenta adversarios hasta dar con el objeto de deseo del Destinante. Así es como el deseo del Otro (que opera generalmente como Destinante) se encarna en el sujeto. Veremos como ocurre esto en la sección III.
En esta película el juego del deseo NO  se realiza entre la mujer y el Otro. Es decir el Otro no tiene la respuesta a su pregunta: ¿qué es lo que debo desear? ¿Cuál es el programa para conseguirlo? ¿Qué quiere una mujer más allá del marido, el amante o el hijo? Vagabundeando por el puerto parece no encontrar la respuesta: no está en emprender un negocio, no está en cuidar al hijo (quien además le simula una parálisis en un momento de la trama) Tampoco obtiene algo del marido, ciego a sus necesidades ni del amante, a pesar de todos sus consejos. ¿Y si viajara lejos? Es decir, si ella abandonara el mundo al que pertenece ¿con sus cosas y coherencias? Ella dirá en un momento “viajar es para cambiar de ambiente histórico si no, no sirve.”Sin embargo, tiene necesidad de otros” no sé cómo hacerlo sola” y por eso no los deja. Por otra parte ¿Cómo cambiar ese ambiente histórico?
El deseo se encarna en una articulación simultánea entre el Otro, el otro y el sí mismo. Es decir es cultural-intersubjetivo y subjetivo. Se comparte el sentido y se construye la significación. El objeto de deseo por tanto es una definición distribuida entre las propiedades de un sistema complejo como una cultura.
El deseo es la energía a la acción que busca sentido. El sentido es dirección y sostén de la acción. El andamiaje del sentido presume la existencia del juego dual primordial. Es justamente porque el pensar se presenta dicotómico que se activa la motivación a la conectividad o la disyunción. Separamos o unimos, pero queremos claridad. Especialmente fuertes son las dicotomías esenciales como Vida vs. Muerte; Estabilidad vs. Caos; Colaboración vs. Competencia; Naturaleza vs. Cultura. El sentido es quien construye acontecimientos, los mismos que en esta película están como “faltas”. Nada acontece, porque el sentido está perdido.
En ella el juego del deseo está deconstruido y eso, como ocurre cuando el deseo no se erige en el horizonte, desvitaliza. Ella  por lo mismo parece depresiva. Sonríe poco, se angustia, tiene hipocondría.
Estamos en un punto 0, en un próximo giro del sentido, atemporal, acinètico que sin embrago, no acontece .Toda la película es como un síntoma social y como tal complejo, en capas o dimensiones llenas de significantes en busca de significación.
Podríamos decir que el juego relacional mejor logrado es el del director con su espectador puesto que él promete belleza, armonía creatividad y ofrece colores, fotografías, ritmos, como si en otro nivel quisiera expresar  el sentido del arte como la búsqueda de una Gran Promesa de Sentido en sí mismo. Por momentos la protagonista ya no es la mujer sino,  la composición de escena, la simetría, el balance estético de la visión cinética. Por esto esta película muestra  la esencia del cine
3- Contexto del sí mismo
De la historia  de la protagonista  se conoce poco, solo que le gustaba estar sola en una playa y dejarse abrazar por las pozas entre las rocas. En el presente tiene aprensión de estar enferma, de que su hijo se enferme, como si algún temor muy primitivo se hubiera quedado cautivo en su  cuerpo. Aparece confusa, hipomímica, enlentecida, perdida entre la producción en serie. Nada la obliga a entrar en senda: no trabaja, tiene un solo hijo, en la casa hay ayuda doméstica. Ella parece estar desconectada de su contexto histórico.
Sus movimientos corresponden a una época en la cual ella “a penas” desea, mira, roza, abraza que bien representa la represión sexual de esos tiempos. El hombre es activo, la mujer pasiva. A veces se retuerce, se aferra, gira en el mismo lugar, se escapa o se esconde debajo de las sábanas. Llora, se afirma en las murallas se enrolla en sí misma.
 La cura pareciera estar en saber traer el deseo a su mundo interno, hacerlo carne y vida. En la pubertad una voz femenina que venía desde fuera la conectaba con la tierra, el mar, las rocas. La voz de la naturaleza femenina, tan distinta a los ruidos industriosos actuales. La madre-tierra-mar acogedora versus  el padre-producción exigencia. El apego-arraigo  versus el desapego- separación.
La mujer por tanto es también la metáfora de la Naturaleza perdida en la Industrialización y la competencia por la producción.
Finalmente en El desierto Rojo el vacío es la repuesta a  la pregunta queda enunciada :. ¿Cuál será la identidad de nuestras mujeres a partir de este tipo de sociedad industrializada? Entendiendo por identidad el modelo acoplado al sistema hacia el cual tiendan las mujeres. Lo puedan copiar  para hacerlas predecibles, para adelantar sus acciones y producir certeza. La certidumbre es económica para el cerebro, lo hace eficiente.

II SISTEMAS DE SIGNIFICACION
El cine recurre a iconos y símbolos. Los iconos son representaciones de algún aspecto de un objeto concreto que nos lo recuerda o nos hace completarlo, por ejemplo un ojo puesto en un lugar donde es necesario observar, un semicírculo en forma de boca sonriente donde estamos bienvenidos. Un barco por viaje; un puente por comunicación; una ventana por protección y apertura; niebla por confusión. Los íconos son esencialmente visuales: muestran  una parte y nosotros completamos la otra. El cine utiliza este recurso de comunicación sémica ampliamente, es parte de su vocación misma: decir con imágenes, sugerir situaciones. Con los íconos se van construyendo estados de conciencia. En el cine, el propio movimiento es un ícono  que propone significado. No es lo mismo una cámara que panea con lentitud a otra que salta de una escena a otra en cortes. La rápida exige atención y por lo tanto aumenta el alerta y deja como significado: peligro.
La imagen es el modelo de comprensión de los tiempos contemporáneos  así como lo fueron los diagramas mecánicos en la modernidad  [4].
A través del cine se  señalan aspectos de la naturaleza humana y sus problemáticas. Más que juicios, se trata de la exposición  de  universos hasta hacerlos significar. Por una parte lo sensible, perceptual y por otra la expresión. Como dirá Saussure el  significante irá en busca de  su significado. Para Hjesmlev es un contenido que busca expresión. Como sea  es la producción de signos  la cuestión. Más que maquinas deseantes [5] somos seres semióticos, estamos permanentemente  construyendo signos que nos orienten en la toma de decisiones. Esta actividad hermenéutica además de útil es entretenida. Nos gusta jugar con la probabilidad que ocurra lo que creemos puede ocurrir, luego que hemos organizado una serie de relaciones predictivas del futuro. Esto opera muy bien en el cine de suspenso, acción, terror. El director  de cine sabe muy bien utilizar las figuras necesarias para crear en la mente significados que van configurando estados de conciencia. Estos estados  podemos entenderlos como configuraciones globales que organizan el acontecer fisiológico en un momento dado. Cada configuración se va generando a partir de la imagen fílmica  que contiene suficiente material para construir verdaderas capas de sentido. Está lo más común como palabras, que  tiene su significado consensuado, hasta objetos “extraños” que aparecen sin encontrarse con significado alguno. En el “Desierto Rojo” por ejemplo, hay un barco que entra en la playa de la niña solitaria, despliega sus velas y se va. No hay ninguna otra alusión en la película a este objeto y queda este vacío de significado abierto a toda interpretación. Al parecer toda coherencia posee  asuntos que no encuentran “lugar” de significación, lo que permite el juego hermenéutico, el diálogo y los futuros y novedosos acuerdos.
El sentido se va construyendo en capas que van de las más superficiales a las más profundas [6] Ambas, a su vez ,tienen una sintaxis ( modo en que van dispuestas en el tiempo) y una semántica ( a lo que remiten en ciertos acuerdos simbólicos). Los niveles sintácticos superficiales están representados   por el tiempo, el espacio y la actorizaciòn que hacen los personajes. Estos personajes, aún en lo superficial nos presentan temas. Por ejemplo en esta película los temas son: el sistema político-económico; las huelgas; la emigración por trabajo a Sudamérica; las relaciones entre adultos; la educación de un hijo, entre otros.
Las más profundas corresponden a niveles de mayor abstracción lógica. Así la generación de sentido sintáctica está organizada en un plan narrativo que presume la existencia de un Destinante y un destinatario o de un sujeto y un objeto. Generalmente el plan se trata de alcanzar ciertas competencias para lograr un objetivo (a veces solo llamado objeto). Podemos ser asistidos en esta tarea o bloqueados  por oponentes, pero finalmente se alcanza o tiende a un logro. En esta película el objetivo sería responder una pregunta ¿qué características tiene la identidad femenina en la era industrial? Pregunta que no se responde. El plan parece ser “vagar” entre las posibilidades probables más que llegar a una respuesta satisfactoria. Vagar es la primera parte de un proceso de construcción de  sentido, vagar  para buscar lo que no se sabe que se busca, pero, de pronto, encontrarlo. En el plano profundo semántico nos encontramos con las dialécticas de opuestos. Este tipo lógico es lo que hace balancearse los niveles de abstracción más profundos entre polos de origen  de las dinámicas subyacentes. En “El desierto Rojo” se trata de: Naturaleza/ Industrialización; Femenino/ Masculino;  Ambiente/ Contaminación;
Por otra parte, se entiende que el  sentido es triádico  [7] se construye al unir un objeto inmediato (el que se da a la percepción) con un representamen (el significado habitualmente asignado a dicho objeto) para construir un objeto mediato (dispuesto a ser re-interp`retado otra vez). Esta visión dinámica de la semiosis es la que nos permite entender la fluidez de los actos interpretativos y su  movimiento infinito. [8]
De  frente a una película estamos en  permanente actividad semiótica e incluso, luego de terminada ésta, surgirán  en el diálogo con otros espectadores, nuevos significados o acuerdos signìcos. Una película es una obra abierta a la interpretación y suscitará movimientos recursivos entre los planos de  sintagmático y del paradigmático. Es un  espacio para ser  llenado de sentido. Esta idea  calza con el llamado espacio C de Eco, con la casilla vacía de Deleuze y con el espacio que formarían el objeto-representamen-interpretante en el triángulo de Peirce que permitiría anudar un signo nunca conforme consigo mismo y en perpetua re-anudación. (semiosis infinita).
En nuestras sociedades audiovisuales avanzadas, se ha colocado en el escenario los cuerpos actuantes, que como indicios estructuran la presentación de la persona humana y van constituyendo al sujeto social, aún antes de la adquisición del lenguaje: en el espacio  intercuerpo [9]

III SISTEMAS DE ENCARNACIÒN
¿La experiencia del cine modifica el cuerpo? ¿Los estados de conciencia que construye  modifican el cuerpo?  Es decir, ¿el cuerpo lee la mente? ¿La escenifica?
Cuando decimos cuerpo nos referimos a la globalidad de la experiencia, hay que precisar que no estamos plantados en la dicotomía mente-cuerpo ya dejada atrás por los modelos que se proponen para pensarnos. Más bien  estamos en un modelo que “conecta”. Es por esto que las ciencias cognitivas conexionistas, en las que nos inició Francisco Varela, nos han cautivado. Conectar, crear red son los modelos de nuestro tiempo: Redes sociales, Redes de  apoyo, Redes laborales; Redes de comentarios y por supuesto redes neurales. La red extensa es precisamente  la que podría ayudarnos a comprender como es que llegamos a ser “sujetos” sujetos (tomados) de la cuerda cultural. Articulados en un sistema que “forma”: limita el potencial de ser para poder  pertenecer. A este proceso de encarnaciòn de valores culturales se le ha llamado embodiment. Se trata, justamente, de crear una red de funciones permanente en el cuerpo que organice movimientos, afectos y pensamientos hasta lograr estados de conciencia sintonizados entre los individuos de una comunidad cultural. Esta sintonía  de los cuerpos produce sinergia y facilita los procesos de producción de sentido y con ellos de las acciones destinadas a la supervivencia conjunta. El individuo se hace comprensible [10]para otros cuando construye unidades significativas. Este  acceso se produce en conjunto con los otros a través de múltiples actos. Rutinas, hábitos, ritos, protocolos son parte de las acciones concertadas que facilitan la entrada de los modos de relación de una cultura a los cuerpos de sus miembros. Se pierde individualidad, se gana pertenencia. Se pierde libertad, se gana protección.
El sentido requiere manifestarse en la materia y para eso es in-corporado.
El concepto de embodiment,  aunque polisémico, es capaz de dar cuenta del proceso de asimilación de estructuras de sentido compartidas por la cultura donde se da la interacción. Esto forma parte del desarrollo del sujeto aún en etapas pre-linguisticas.

La Incorporación del sentido se realiza a través de los procesos de  Mimesis (copia de esquemas sensorio-motores[8]) y  Aprendizaje (repetición de soluciones de sentido) que comienza en las acciones y sigue con el lenguaje. Incorporar sentido significa, también, aprender a interpretarlo. El sentido se aprende a leer y escribir al mismo tiempo. Esta acción en el sentido es lo que se ha llamado la enacciòn.
Winnicott ya habían planteado estas ideas al proponer  al psiquesoma (espacio intermedio entre cuerpo y psique) como el formateador de la mente. La mente sería una función del psiquesoma [11] y la psique un tipo de cognición icónica primitiva.  El embodiment sería entonces la realización de una forma. El proceso a través del cual el ambiente va tomando forma en el cuerpo o el cuerpo va encarnando el ambiente. De acuerdo a esto hasta el concepto más abstracto, matemático, es el resultado de la forma en que el cerebro y el cuerpo están estructurados y la manera en que funcionan en las relaciones interpersonales y en el mundo físico. Esta es la mirada más radical del embodiment donde se entiende que el cuerpo es aquello que modeliza (shaping) la mente y por lo tanto los conceptos, como si todo el sistema conceptual derivara del cuerpo. Esta idea sería por ejemplo la de Lakoff y Johnsosn [12] para quienes lo metafórico puede ser entendido como derivados de funciones corporales.
Pero, ¿Cómo ocurre que estas estructuras se encarnan a través del cine? Probablemente siguiendo los principios de mimesis y aprendizaje de la acción. Por eso Varela [13]habla de enacciòn.
Fontanille [14] por otra parte, nos señala que el cuerpo va tomando las formas de la cultura y con esto adquiere e incorpora los valores de la misma, esto se haría  a través de la modelización de cuerpo y el grado de identificación con la motricidad dominante especialmente en los momentos ventana del desarrollo cerebral

La intersubjetividad se propone como un constructor de  mundo compartido, un  momento-espacio donde el flujo de la  experiencia es organizado, entramado a una pauta común de sentido. Es el espacio-tiempo de la semiosis. El acto semiótico no sería posible sin la concurrencia de  este otro-Otro[9]  que trae de la mano el mundo de significados donde la experiencia será inscrita

Si el otro es un cuerpo domesticado por la cultura, el otro es un almacén del saber y si el otro es además quien provee de cuidados, el otro es deseado por la homeostasis fisiológica. Y si además mi cuerpo desde el inicio de la vida tiene la facilidad de compartir experiencias con otros cercanos  a través de procedimientos empáticos y con esto aprender, el otro es mi maestro cultural. Esta es la genialidad del cine: ser un otro virtual, capaz de modificar la fisiología cerebral y a través de ella construir estados de conciencia que tal vez la vida de cada uno de nosotros no alcanzaría a conocer. Porque, lo menos yo, en la vida real, no hubiera podido ser James Bond.

REFERENCIAS
  1. Deleuze, Gilles La imagen-tiempo Paidos, Barcelona ,1986
  2. Tomasello, Michael &l Henrike Moll  How 14- and 18-Month-Olds Know What Others Have Experienced Developmental  Psych  2007; 43; 2: 309–317

  1. Llanos, E¿A quién ama Gilbert Grape? Rev GPU 2010; 6; 3: 351-363

  1. Sloterdij , P Esferas II: Globos. Macrosferología , Siruela, Madrid, 2004
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  8. Winnicott , Donald La naturaleza humana, Paidos, Buenos Aires 1996
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  11. Fontanille, Jacques ,Figure del corpo. Per una semiotica dell’impronta, Meltemi ,Roma,2004













[1] Psiquiatra Profesor Auxiliar de Pontificia Universidad Católica de Chile, Terapeuta familiar ICHTF, Magister en Psicoanálisis, Ph en Semiótica Universidad de Bologna.
[2] Eso está siendo referido al “Wo Es war, soll Ich werden”  es decir a aquello que està por  advenir.
[3] Aliquid stat pro quo, algo que representa a algo. Algo por algo.
[4] Análisis presentado en el ciclo de cine Sodepsi. Enero 2012.Agradezco a Franco Barbagelata por haberme conseguido una excelente versión del Deserto Rosso que me permitió hacer este análisis
[5] Película ganadora en 1964 León de oro en la XXV Mostra de Venezia.
[6] Programa de ayuda económica política y social que implementa Estados Unidos a América latina entre el `61 y el 70.
[7] Termino que se utiliza en el urbanismo para señalar lugares que han sido abandonados y están vacantes. Es la forma de la ausencia en las grandes ciudades.
[8] Capacidad que el recién nacido tiene desde el momento que nace Meltzoff  ,A.N, Moore,M .K Imitation of facial and manual gestures by human neonates Science1977,198:75-78

[9] Como ya hemos señalado el otro no es solo un cuerpo y una imagen de ese cuerpo sino el que trae el representamen al concierto intersubjetivo. Visto desde Peirce la madre le trae al hijo la posibilidad de articularse con todos, gracias a que todos habitan en un sentido común: dinámico, pero que tiende al consenso desde y hacia el cual se ajusta el objeto-signo.





















INFIDELIDAD EN LA PAREJA

COUPLE  INFIDELITY 


PSICOTERAPIA  DE PAREJA 

INFIDELIDAD[1]

 Patricia Cordella[2] ;  Paola Pacheco[3] ;  Paula Ringeling[4]



Se Presenta una descripción operacional de la infidelidad  que permite comprender para intervenir en esta figura  tríadica relacional.El proceso de infidelidad  es un continuo que va pasando por diferentes estadios : preinfidelidad, infidelidad, postinfidelidad; pudiendo no llegar completarse.La infidelidad cumple funciones inconscientes en la pareja siendo, a veces, una forma de mantener una aparente homeostasis  y otras, una forma de romper la definición relacional anterior. Hemos distinguido dos formas de infidelidad: la homeostática y la morfogenética, las cuales serán caracterizadas en sus subtipos de funcionamiento.
























INTRODUCCION
La infidelidad es un tema complejo donde se encuentran y desencuentran emociones, sentimientos, creencias personales, ordenamientos sociales y  disposiciones religiosas.
Se trata de un tema recurrente en terapias de familias y parejas, donde no es infrecuente encontrarnos con parejas que han vivido una crisis nominada como infidelidad.
Una terapia de pareja puede ser el marco elegido para la elaboración de dicha crisis.
El terapeuta asiste al proceso de resignificación e inclusión de este elemento en la historia de pareja.
Nos parece que un mapa básico podría ser útil para orientarnos dentro de esta configuración triádica en la co-construcción de un significado nutritivo para  la pareja consultante.
Nuestra propuesta es una sencilla clasificación que nos ayude a ordenar nuestro quehacer terapéutico y que iremos exponiendo en cuadros y textos.

INFIDELIDAD Y SOCIEDAD

En primer lugar está la pregunta ¿A qué llamamos infidelidad? Hemos ampliado la definición hasta hacer que en ella puedan entrar diferentes conductas transgresoras al acuerdo monogámico.
Según nos situemos desde una lógica lineal o cibernética esta conducta podrá ser nominada de diversas formas (cuadro 1) y cargada por lo tanto de significados emocionales diferentes para cada individuo en la pareja.
Para algunas parejas, que el otro se sienta atraído por otro (a) sería suficiente para nominar el episodio como infidelidad. Para otras, en cambio, solo existiría la infidelidad luego de una consumación sexual.
Según el informe Hites (1994) sobre sexualidad femenina el 70% de las mujeres casadas por más  de cinco años está teniendo relaciones sexuales fuera del matrimonio, aunque todas ellas crean en la monogamia.
En Chile (Asimer 1996) en un estudio de 540 casos de hombres y mujeres casados entre 18 y 55 años, de Santiago, el 62% del universo piensa que la tendencia natural del ser humano es hacia la infidelidad. Las razones expuestas para la infidelidad van desde la inseguridad masculina (92% de mujeres y 84% de hombres piensa esto) a falta de satisfacción sexual (72% de mujeres y 64% de hombres).
La creencia popular acerca de la frecuencia de infidelidad, al menos en una ocasión, durante el matrimonio varió entre el 65% al 100% de los matrimonios. Si creemos en estas cifras, la infidelidad es una conducta frecuente tanto por hombres como por mujeres. Esta distribución dentro de reino animal sólo es similar en los chimpancés (Poiani, 1997).
Como la infidelidad es un tema que subvierte las normas de moralidad y estabilidad que rigen la conducta social, múltiples mitos surgen a su alrededor. Así, sin muchos estudios que puedan desmentir lo anterior, en nuestro país la mitología dice que: el hombre sería infiel cuando no tiene cubierto lo contrario con las mujeres. El mito social cumple la función de explicar o generar hipótesis que den cuenta de un fenómeno complejo con premisas sencillas.
Es una investigación realizada en la Universidad de Chicago (1994) con 3.500 norteamericanos entre los 18 y 59 años la monogamia parece ser predominante. El 83% ha tenido una o ninguna pareja sexual durante el año. En toda la vida, los hombres tuvieron un promedio de 6 parejas sexuales, en cambio las mujeres sólo dos (Roszenzvaig 1995).
La infidelidad no es vivida de igual manera por los géneros. Para el hombre, la respuesta a la pregunta ¿mantuviste relaciones sexuales con él? es la más complicada, probablemente por la generación de un grupo de fantasías intolerables. Para la mujer, en cambio, el asunto es ¿te enamoraste de ella? Con el grupo de fantasías pertinentes.
En el trabajo terapéutico con parejas que contienen en su historia infidelidad, la fantasía del tercero manteniendo relaciones sexuales o en actitud de cortejo, es un elemento perturbador, especialmente en la crisis aguda.
CUADRO Nº 1: Conceptualizaciones de La Infidelidad en Diferentes Modelos Teóricos
MODELO  LINEAL
MODELO CIBERNETICO
Descripción que hipostatiza la realidad
Proceso del devenir del sistema
Un error ético
Perfección del sistema
Un error cultural
La mejor adaptación de esa organización
Un error psicológico
Un proceso de cambio
Algo eliminable
Un significado integrable
Algo prevenible
Una solución del sistema
Algo confortable
Una configuración novedosa
Mal funcionamiento de la pareja
Un contexto de desarrollo

Existen socialmente, y por ende al interior de la pareja, elementos atenuantes de la infidelidad entre los cuales se cuentan: estar bajo los efectos del alcohol o una droga mientras sucede un episodio, viajes obligatorios que mantienen a la pareja separada por mucho tiempo, enfermedades graves de los cónyuges, mal funcionamiento sexual, alteraciones psiquiátricas varias. Naturalmente estos constituyen a su vez factores de riesgo. Entre los agravantes se consideran: ser infiel durante el período de embarazo de la mujer, ser infiel con una pariente o amigo íntimo, dejar que la pareja se entere por terceros.
                                                                                                                                                                            
¿Existen en el reino animal especies monogámicas? es decir, ¿será la monogamia una conducta instintiva, que puede existir sin códigos éticos en algún otro ser vivo?

Durante decenios hemos sostenido el mito de la “monogamia de las aves” pues la observación de sistemas sociales en aves no registraba conductas sexuales “fuera del nido”. Sin embargo, recientes estudios genéticos dan cuenta de material cromosómico presente en crías que no pertenecen al nido original, aunque con menor frecuencia de lo observado en especies humanas o de chimpancés (Poiani 1997. Si la monogamia es la conducta más frecuente ¿será el genoma social o genético, el responsable de mantenerla como conducta predominante? Estas son preguntas abiertas para las cuales no existen respuestas definitivas.  Sin embargo, sea por la razón que sea, la monogamia ha sido defendida, al menos desde su significado, como un bien social, un valor deseable. Entre las funciones sociales de la monogamia estarían: proteger la familia, entendida desde su definición  nuclear clásica, el tiempo necesario que asegure a los hijos amparo afectivo, económico, educativo, así como modelos genéricos constantes en la intimidad;  mantener el patrimonio genético familiar, proteger a los miembros de la pareja contra enfermedades de transmisión sexual, proteger y perpetuar el modelo social cultural.

Otras culturas en la historia de la humanidad han privilegiado la monogamia como organización social establecida aunque a veces se ha permitido, especialmente a los varones, mantener concubina legales (ej. Mesopotamia). En otras culturas, es sólo la mujer la castigada en caso de adulterio (ej. Grecia, Egipto, Israel, Malaya, musulmanes) (Asimer, 1996).

Cuando otros valores ordenan la sociedad, también  la pareja es redefinida. Tal es el caso de los espartanos, quienes soñando crear una raza fuerte, facultaban a las mujeres para que mantuvieran relaciones sexuales con los hombres les parecieran inteligentes y atractivos, dejando así que las hembras realizaran una selección natural del genoma a través de la selección fenotípica.

En Chile, según nuestras leyes, es la mujer quien comete adulterio mientras el hombre, amancebamiento. En nuestro Código Penal (Derecho Penal, 1994) se llama adulterio a “la mujer casada que yace con un varón que no sea su marido y el que yace con ella sabiendo que es casada aunque después se declare nulo el matrimonio” y agrega “no se impondrá pena por el delito de adulterio sino en virtud de querella del marido”  y de aplicarse condena el delito será castigado con “la pena de reclusión menor en cualquiera de sus grados” además “la acción del adulterio prescribe en un año, que principiará a correr desde el día en que el ofendido tuvo noticia”. También es considerado adulterio “la viuda que contrae matrimonio antes de los doscientos sesenta días desde la muerte del marido o antes del alumbramiento si hubiera quedado encinta”. El amancebamiento es definido como “el marido que tuviere manceba dentro de la casa conyugal o fuera de ella con escándalo” (manceba es definida como “concubina” es decir alguien con quien se cohabita sin lazo legal de por medio). Dice la ley que, en caso de probarse culpa será castigado “con reclusión menor en su grado mínimo y perderá el derecho de acusar a su mujer por los adulterios cometidos durante el amancebamiento”. Por su pare “la manceba sufrirá la pena de destierro en cualquiera de sus grados”.

EL PROCESO DE LA INFIDELIDAD
Como dice Bowen (1992), el triángulo es la unidad básica de la diferenciación que ayudaría a regular la distancia en una relación que tiende a la fusión.
Los terceros pueden entender como asuntos cargados libidinalmente que logran convivir bastante bien con la pareja (hobbies, trabajo, misiones, ambiciones, grupos políticos, los hijos) o bastante mal (una tercera persona).  A los primeros podemos llamarlos terceros funcionales y a los segundos, disfuncionales. Estos últimos con mayor rapidez e intensidad quiebran la definición de pareja compartida hasta este momento y arrojan a sus miembros a períodos de profundas crisis explícitas o implícitas.
Un tercero funcional puede ser un asunto estabilizador para la pareja aunque en ocasiones parezca desestabilizarla. Puesto que dos individuos no podrían satisfacer completamente (Lemaire,1979) la posibilidad de incluir terceros es casi una certidumbre. Así lo explica Kernberg (1997) cuando describe las características del amor maduro.
La dificultad está en el tipo de tercero incluido porque esto es lo que definirá el contexto emocional en la pareja. La infidelidad conlleva suficiente agresión (Bernales, 1995) como para romper definiciones relacionales anteriores y crear un monto de desorden suficiente para el cambio (Willi, 1978).
Aunque cualquier tipo de terceros puede ser significado como culpable o regulador de las alteraciones de la relación, llamaremos infidelidad a la recreación de un triángulo relacional. Esto nos hace pensar si acaso, ya en la formación de esa pareja particular una tercera persona no estaba dentro de las soluciones estructurales del sistema. Si es así la inclusión de las historias transgeneracionales (Boszormengy-Nagy, 1990) adquiere importancia fundamental para el entendimiento.
Entre las funciones de la infidelidad al interior de la pareja estarían: cuestionar la definición de la relación buscando un nuevo orden de funcionamiento;  explorar una nueva distancia relacional, readecuar por ejemplo los mecanismos de defensa incluidos en la relación, buscar gratificaciones narcisistas o regresivas, buscar integración, buscar erotización.
La infidelidad es un evento, producto de una serie de acontecimientos que se van configurando hasta encontrarla como una solución, puerta de salida, a un conflicto rigidizado del sistema que atenta al desarrollo natural de los miembros o del sistema en sí.  Visto de esta manera, podríamos parafrasear a Maturana diciendo que es “la mejor forma de adaptación que ha encontrado el sistema en un momento dado en su devenir”.
Dentro del curso temporal de una infidelidad se pueden distinguir los siguientes períodos:
Preinfidelidad: Una vez que la pareja comparte lo cotidiano, lo mínimo, lo descuidado, lo natural, “lo sin adornos ni maquillaje”, hay un contraste entre el objeto amado y el sujeto real que supone una tensión mayor cuanto mayor es la diferencia entre ambos. Procesos de escisión contribuyeron a la formación de la pareja. La escisión, sin embargo, no resiste la realidad cotidiana y permanente y a menos que se vayan elaborando estas pequeñas pérdidas de lo dado día a día, integrando  y aceptando la totalidad del otro, de pronto la predefinición tanto de la pareja como del objeto amado caen en crisis. El contexto emocional de la crisis supone culpa, rabia, pena, devaluación. En ambos miembros, durante este período, se está elaborando una nueva relación con un objeto un tanto más “objetiva” o “real”, más ajustada a la realidad experiencial del otro que a la propia. Se pierde la ilusión de completitud dada por el otro y se hace necesario encontrar los propios límites y autoresponsabilizarse de ellos. El proceso es mutuo. Cuando este proceso se hace intolerable, por las tensiones que genera en el sí mismo, puede suceder el escape y triangular es una forma conocida que, como veremos, no conlleva necesariamente al fin de la relación.
CUADRO Nº 2: TIPO DE INFIDELIDAD
TIPO DE INFIDELIDAD
EMOCION
TEMA
HOMEOSTATICA


Fantaseada   
Manía de la Idealización
Valor, autonomía
Escindida
Riesgo vs tranquilidad
Miedo al cambio, rigidez
Equisistémica                       
Rabia, venganza
Justicia
MORFOGENETICA   


Tránsito al cambio
Confusión, ambivalencia
Abandono  de lo conocido vs. Esperanza de lo nuevo
Estallido
Angustia, culpa
Ruptura , desmoronamiento
Restructurante
Compromiso vs. libertad de ser
Cambio de la relación
Infidelidad: Este estadio es posible de vivir de varias formas. Al establecerse otra pareja además de la oficial se producen igualmente todos los mecanismos de elección y satisfacción del proceso habitual (flechazo, encantamiento, evaluación consciente, elección (Lemaire, 1979). En la nueva pareja serán proyectados los aspectos idealizados y en la anterior quedarán los agresivos, reeditando la escisión esta vez en dos objetos. Durante este período en la pareja, uno de los miembros “sale a explorar” más allá de su límites y por ende de los de la pareja. El otro toma un rol más homeostático “cuidando la relación predefinida”. Las tensiones devengadas del estadio anterior comienzan a distenderse hasta adecuarse a algún tipo de infidelidad de las que expondremos a continuación.
Postinfidelidad: Independiente del destino de la pareja (ya sea que permanezca unida o termine separándose) se produce una reestructuración del yo de cada miembro y de la pareja que determina un nuevo lugar desde donde relacionarse. Es frecuente la culpa por el daño efectuado o por no haber cumplido las expectativas del otro. Se inicia un período de reparación que tomará un tiempo hasta la revinculación. En este período suele aparecer la familia como preocupación adulta.
El proceso de infidelidad atrapa emocionalmente a ambos miembros de la pareja tomando como figura aspectos emocionales preponderantes y exigiendo tareas inconscientes a realizar (cuadro 2).
LOS TIPOS DE INFIDELIDAD
Con fines terapéuticos hemos dividido las infidelidades en homeostáticas, destinadas a estabilizar la pareja oficial como resultado final de los diversos equilibrios alterados o morfogenética, destinada a realizar un cambio en la definición de pareja oficial.

1.    Infidelidad homeostática

En este tipo de infidelidad puede existir un cambio (adquisición de otro nivel de funcionamiento) en el miembro que sale de las definiciones hasta ese momento consensuadas con el otro, sin la necesidad de romper la pareja.
Los subtipos son:

a) Infidelidad fantaseada: el funcionamiento de tres se daría en la fantasía de uno de los miembros pudiendo no consumarse en relaciones sexuales e incluso sin constituir parejas con “el otro fantaseado”. En este sentido no sería una infidelidad propiamente tal y constituye más un hallazgo clínico dentro de una terapia que un motivo de consulta. Por tratarse de una fantasía de acto y no de un acto propiamente tal, ésta es una situación norma en la vida de pareja. Frecuentemente este tercero es vivenciado como un objeto parcial, un interlocutor “bueno”, aceptado, apoyador, valorador, que va constituyendo una estructura de relación hombre mujer idealizada “la estructura paraíso”.
Más que la búsqueda de una persona estaría la del “estado amoroso” como una forma de postergación del trabajo de duelo a la imagen idealizada de la pareja y un escape a los aspectos agresivos del otro. Los temas cuestionados en este tipo de infidelidad serían: el valor propio, la necesidad de amor romántico, la integración del objeto, la renegociación de los mecanismos de defensa. Es el primer estadio triádico. Puede ser la única forma permitida en individuos que cuidan la lealtad y la familia con fuertes valores morales y éticos, pero constituye de todas formas una solución a algún conflicto de pareja subyacente.

b) Infidelidad Escindida: Es la necesidad de vivir aspectos no integrados. De esta forma con una pareja se viven algunos, generalmente los que devengan de una estructura con fuertes mecanismos de defensa y, con otra pareja otros, generalmente inaceptables en la definición anterior. El yo permanece escindido en cada pareja obteniendo de cada una satisfacción de necesidades primarias por lo cual se hace difícil terminar con alguna de ellas. Sin embargo, se tiende a mantener la pareja oficial constituida y estable. Es más frecuente en hombres que cuidan la familia como una institución tradicional y patrimonial. Cuando la mujer actúa como cómplice del marido se transforma en un miembro estabilizador de la tríada y la acepta como una solución viable dentro de un esquema tradicional transgeneracional. El motivo de consulta se concretiza cuando la mujer no está dispuesta a mantener esta situación y requiere una decisión del marido. La decisión entre dos partes escindidas es justamente el conflicto profundo del miembro infiel, por lo cual se dilata en muchas oportunidades esta resolución.

c)Infidelidad Equisistémica: Es una forma de ajustar las cuentas en una pareja. Un tipo de reparación “ojo por ojo” que busca ajustar cuentas en la balanza de deudas de la pareja (Boszormengy-Nagy, 1992). Una forma de venganza que pretende reparar la herida narcisista. La justicia es un tema de relación. Consultan generalmente en el episodio de infidelidad reparatorio el que es ampliamente explicitado por el otro con la carga de agresión que supone este tipo de compensación.

1. Infidelidad morfogenética
Se denomina morfogenética a los procesos causales mutuos que aumentan la desviación y producen nuevas formas organizativas (Rodríguez, 1992). Las formas organizacionales contemplan siempre el fin de la definición de esa pareja. Por lo cual resulta la separación de los individuos que la conforman o bien una forma de relación muy distinta.

a) Infidelidad en tránsito: es el período entre el fin de una pareja y el comienzo de otra. Los miembros de la pareja original están viviendo situaciones muy distintas. Mientras que para uno existe la separación,la dignidad herida, a veces la negación de todo esto; para el que migra la culpa parece mitigada por el encuentro con la nueva pareja. Es un período de crisis. La consulta no es clara en cuanto a los objetivos deseados. El terapeuta puede encontrarse con esta crisis luego de percibir un compromiso a medias de uno de los miembros “como si viniera a dejar al otro”.
b) Infidelidad estallido: es la crisis que termina con la pareja, luego que uno de los miembros decide emparejarse con otra persona. El fin de esta relación es agudo, angustiante y agresivo para ambos miembros. Se termina físicamente una relación, pero emocionalmente siguen asuntos inconclusos que demandarán elaboración por cada uno de los miembros. La elaboración interna, luego de una reestructuración de la vida, tiene relación con la integración de la agresividad en el objeto amado.
c) Infidelidad Reestructurante: destinada a realizar un cambio profundo en la pareja y/o en los miembros que la componen. Es una forma que tiene el sistema de buscar otros límites y pautas de funcionamiento cuando las estructuras son rígidas y no permiten la evolución de uno o ambos miembros. Evolución entendida como desarrollo inevitable. Las parejas que se mantienen unidas luego de una infidelidad readecuando su forma de funcionar estarían en este tipo.
En el cuadro 2 exponemos lo que nos parece más importante del contexto vivencial del miembro infiel. El miembro  que se  queda dentro de la relación tenderá a cuidarla rigidizando algunas definiciones o intentando flexibilizar otras. Sin embargo el sistema pareja en conjunto se encuentra elaborando los temas descritos según el tipo de infidelidad y en cierta emocionalidad, aunque ésta sea vivida de forma distinta y a veces con personas distintas.

EL DIALOGO DE LA REPARACION
La infidelidad implica significados difíciles de integrar a la historia de la pareja. Sin embargo en el deseo de preservar el vínculo se generan situaciones que, a ratos, parecen insostenibles por la cantidad de emocionalidad que despiertan en ambos miembros, dándonos noticia de la fuerza de esta vinculación. La búsqueda de la reparación tanto de los aspectos relacionales como individuales motivará ajustes y necesidades que una terapia puede facilitar.
Las parejas intentan en principio “convivir” con este evento relacional a través de mecanismos primarios que hagan ceder la angustia y la agresión contenidas en él. Lo niegan, lo proyectan, lo destierran de la historia, lo transforman en un objeto indeseable, un cáncer que hay que extirpar del cuerpo conyugal. Estas formas de homeostasis relacional en vez de curar el vínculo lo atrapan en un pseudofuncionamiento que desarrolla distancia y por tanto pérdida de la intimidad.
Mantener aislado el evento desprotege a cada miembro y aumenta la escisión no sólo de los aspectos contenidos allí sino de las pautas que hacen posible la construcción de una pareja satisfactoria. Es la confianza en la exclusividad lo que pide reparación. ¿Cómo volver a creer que soy único(a) para ti?
El miembro infiel tiene entre sus tareas: aceptar que fue transgresor a un acuerdo común, aceptar que su conducta dañó al otro en su autovalidez frente a él, contactarse con sus necesidades, poder expresarlas y aprender a comprometerse para encontrar satisfacción de las mismas dentro de la pareja, reafirmar su autoestima que estará dañada por la culpa, realizar el proceso de duelo de la relación secundaria, buscar recursos destinados a realizar el proceso de reparación.
A la vez quien fuera engañado estará confundido entre sus sentimientos de apego (miedo al abandono) y sus deseos agresivos (rabia, venganza). También tendrá que reelaborar, refigurar a la pareja integrando los aspectos antes ocultos que surgirán en el trabajo terapéutico con la infidelidad. Otra tarea es en relación a su autoestima, especialmente en lo atractivo(a) que puede resultarle a la pareja; tendrá que renegociar las distancias afectivas; reevaluar valores que sustentaban el esquema de vida adoptado por ambos; convivir con la angustia de la desconfianza; controlar las fantasías erótico-voyeurista que se desencadenan con las imágenes de la infidelidad.
Los primeros pasos en la terapia son permitir la expresión de estas constelaciones de sentimientos y contenerlos en ambos miembros. La simple catarsis podrías rigidizar una relación de tipo “víctima-victimario” que no ayudaría a reconstruir el vínculo. Tampoco sirven definiciones del tipo “yo soy el intacto, el otro falló” Más bien cada evento emocional puesto en la terapia deberá servir para reconstruir una nueva definición relacional que se ajuste ahora en distancia, necesidades y posibilidades a la realidad de ambos miembros, incorporando así la infidelidad como un sistema de nuevos significados.
Se creará un contexto de confianza donde podrán re-conocerse en esta nueva etapa de pareja. Ambos necesitan integrar la infidelidad como parte de su historia.
La pareja a su vez hará un duelo al proyecto de vida conjunto inicial, a la invulnerabilidad frente a terceros, al espacio cerrado relacional de las primeras etapas. Todo un orden se pierde para ganar otro de mayor ajuste con las realidades de cada cual y de la pareja como mundillo co-creado.
El proceso de reparación no sólo implica alivio al dolor sino conciencia de la agresión implícita o explícita que conlleva. La reparación consiste en significar lo ocurrido en términos nutritivos, positivos para la pareja actual, resaltando la funcionalidad que esto pudiera tener en la actualidad relacional. En palabras de Winicott, la reparación se conjuga a través de la capacidad para integrar la agresión y no disociarla. El diálogo de la reparación sería “Si soy omnipotente, entonces tengo el poder de destruirte, pero si con eso me doy cuenta que corro el riesgo de perderte, entonces siento culpa y dejo de ser omnipotente y logro la posibilidad de una relación. Si tú sobrevives a mi destrucción y yo siento culpa por tratar de destruirte, entonces debo intentar reparar el daño, debo hacerme cargo de mi agresión. Me importas y me hago cargo de esa preocupación por ti”.
CONCLUSION
La infidelidad es la traición al acuerdo de exclusividad. Es un proceso atravesado por la pareja ya sea en búsqueda de resolver un conflicto (morfogenética) o de mantener la definición de pareja preestablecida (homeostática). Encontrar el significado de la infidelidad en cada caso es la tarea del sistema terapéutico. Hemos incluido un mapa de orientación tanto de los relieves interaccionales como de los aspectos intrapsíquicos asociados. La infidelidad surge desde un nicho cultural que contextualiza los significados asociados a la exclusividad y que es necesario integrar dentro de la futura figura relacional.
Por otra parte nos parece esencial buscar desde el contexto (trasfondo) elementos que unidos a la figura principal (infidelidad) la vayan resignificando hasta integrarla a la totalidad de la pareja permitiendo un juego flexible de planos.
El modelo que planteamos nos parece un aporte basado en conceptos sistémicos destinado a simplificar la complejidad de la pareja humana, posible de usar en diferentes marcos teóricos.

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[1] Artículo publicado originalmente en Revista Terapia Psicológica, Año XVI, Volumen VII (2), Nº 30m 1998 que ha resultado de utilidad clínica, razón por la cual se reedita.
[2] Psiquiatra, Terapeuta Familiar y de parejas  ICHTF
[3] Psicóloga ,Terapeuta Familiar y de parejas  ICHTF
[4] Psicóloga. Terapeuta Familiar y de parejas  ICHTF